Jaume Plensa. Escultura en la exposición reciente en MACBA de Barcelona. Ver imágenes.

Jaume Plensa nace en Barcelona, en 1955. Se forma en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal.
En 1980, tras realizar su primera exposición, empieza a ser conocido. Desde entonces ha vivido y trabajado en países como Alemania, Bélgica, Inglaterra o Francia. Ha sido profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes de París.
Sus piezas se han expuesto en numerosas galerías y museos de Europa, Estados Unidos y Japón. En paralelo a sus proyectos escultóricos, ha desarrollado obra sobre papel, dibujos y collages. Una parte importante de su trayectoria la ha dedicado a la escultura para espacios públicos, de tal modo que su trabajo se puede encontrar en ciudades de todo el mundo.
Algunas de sus creaciones más brillantes han sido “The Crown Fountain” en el Millennium Park de Chicago o el proyecto “Breathing” para la BBC de Londres. Entre otros galardones, obtiene en 2012 el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Medalla de la Orden de las Artes y las Letras de Francia (1993)
Premio de la Fundación Atelier Calder (1996)
Premio Nacional de Artes Plásticas de la Generalitat de Cataluña (1997)
Premio Nacional de Artes Plásticas (2012)
Premio Velázquez de Artes Plásticas (2013)
Premio Nacional de Artes Gráficas (2013)

(Articulo del periodico La Vanguardia Noviembre 2019.)
Es uno de los catalanes con mayor proyección internacional y acaba de recibir el premio Pau Casals de la Generalitat. Un texto de Màrius Carol y unas fotos exclusivas del escultor en París, de Pedro Madueño, trazan una semblanza
Jaume Plensa a principios de octubre paseando por París, a donde acudió para la inauguración de una exposición de su obra en la galería Lelong (Pedro Madueño)
Konstantinos Kavafis escribió que, de tanto contemplar la belleza, un día se dio cuenta de que la mirada dejó de ser suya para pertenecer a ella. Jaume Plensa comparte con Kavafis su firme compromiso con la belleza, hasta el punto que podríamos decir que es el motor de su actividad artística. Alguien podría creer que el mundo contemporáneo le ha restado valor a la belleza, sobre todo si lo comparamos, por ejemplo, con el Renacimiento, donde el respeto del canon estético resultaba el primer mandamiento de todo artista. Pero pienso que quizá no nos hemos dado cuenta de que no hay nada que defina mejor la belleza que la idea de que es la armonía que existe en la naturaleza. Y que el hombre, a lo largo del tiempo, la ha intentado copiar, posiblemente para completar la Providencia.
MATERIALES
Plensa hace hablar a los materiales más diversos, del mármol al poliéster, en esculturas que son poemas
La belleza es una herramienta de transformación de nuestros entornos, un espejo para progresar, una apuesta por el equilibrio planetario. Plensa ha sabido hacer hablar a los materiales más diversos –el mármol, el hierro, el cristal, el aluminio, el poliéster o la fibra de vidrio– convirtiéndolos en esculturas que son verdaderos poemas. Versos que nos interpelan y que nos seducen. Y donde siempre aparece con fuerza la palabra. La palabra como hilo conductor entre personas, culturas y pueblos. Sus obras dialogan con el espectador. Y pueden ser entendidas en todas las lenguas, porque hay mensajes universales aunque suenen diferentes al oído, pero que son capaces de unir, emocionar y sacudir a gentes diferentes, distanciadas en la geografía o en el tiempo. Y que tienen el impacto de la memoria, porque disponen de la fuerza de recordarnos de dónde venimos y adónde vamos.
El trasfondo poético de Plensa resulta clave no sólo para entender su proceso creativo, sino también para comprender su personalidad. Es posible que sin el descubrimiento de la poesía nunca hubiera sido artista. Un poeta destaca por encima de los otros por la influencia ejercida sobre su persona: Vicent Andrés Estellés. Es el poeta de la libertad y del compromiso, del amor y de la sensualidad. A menudo, mirando sus figuras, el creador recuerda a Estellés cuando escribe: “Deixa’m que et miri, com et volia abans / deixa’m que et miri sense dir-te res / des del cap, des dels peus, fins a les mans. / Per a mirar-te sense més ni més / trio els silencis i m’agraden grans / i el faç estelles amb el bes després”. A Plensa los poetas lo han llevado de la mano, como antes lo hacían las musas. Han sido sus maestros, los guías imprescindibles, los interlocutores imprescindibles en la soledad del estudio.

POETA
El trasfondo poético es clave para entender su proceso creativo, sin la poesía quizás nunca habría sido artista
Y el artista, cincelado por la poesía, entiende que no hay ningún material que tenga la fuerza transformadora de la palabra. Las palabras son materia viva, que ha formado parte de muchas de las esculturas de Jaume Plensa . En su taller de Sant Feliu del Llobregat hay letras de metal esparcidas por todas partes, de manera tal que el visitante tiene la sensación de que entra en un gran taller de poemas que esperan la rima, en un planetario de las palabras que pugnan por iluminar el firmamento. No es extraño que hace poco los editores de libros lo premiaran, pues pocas esculturas dialogan como las esculturas de Plensa. El autor ha inventado una gramática artística, capaz de envolver un libro, transmitirnos un mensaje encriptado o agitar nuestra conciencia. Nos encontramos ante un arquitecto de sonetos, un constructor de palabras, un prestidigitador de las letras. Son poemas hechos con las manos, que nos hablan cerca y que nos conmueven en la lejanía. Y que tienen la virtud de poder llegar al corazón de la gente, del norte o del sur, gracias al lenguaje universal del arte.

Plensa ha dicho que la fuerza del arte es precisamente que no sirve para nada, y en este sentido no se puede manipular. Sale de dentro del creador y se ofrece a la gente. O para ser más exactos, fluye a medio camino entre la mente y el corazón, que seguramente debe ser donde se refugia el alma. El artista resulta un gran escultor de cabezas, que alguna vez ha definido como la casa donde habitan las emociones, las voliciones, el saber y la inteligencia.

PALABRA Y MATERIA
Par el escultor, las palabras son materia viva, y por eso han formado parte de muchas de sus obras
El creador que ahora recibe el premio Pau Casals es un artista plástico de muchos registros. Es pintor, escultor, grabador. Pero también ha hecho escenografías, videoproyecciones o instalaciones acústicas. En cualquier caso, él se siente, por encima de todo, escultor. Dice que lo que le fascina de la escultura es su lentitud. Y seguramente también esa batalla feroz con la materia para descubrir la belleza que puede habitar en su interior. La escultura le permite intervenir en el panorama de las ciudades, aunque su pretensión es que sus obras se confundan con el paisaje. Y que la gente las sienta suyas, como parte de su memoria, como elementos referenciales de su vida.

Es impresionante ir a Singapur, Toronto, París, Río de Janeiro, Nueva York o Barcelona y encontrarse ante una escultura de Jaume Plensa , que nos remite a la cultura grecolatina, al Renacimiento, al Mediterráneo. De todas ellas, la más compleja ha sido la Crown Fountain de Chicago, donde la materia y la tecnología colaboran, donde la gente y la palabra forman parte de un mismo relato. Los leds incorporados a dos grandes bloques enfrentados, donde aparecen los rostros de un millar de ciudadanos de Chicago, mientras el agua fluye de sus bocas como gárgolas 4.0, es uno de los proyectos más extraordinarios que jamás se hayan hecho. Necesitó cuatro años para acabarla y la participación de un equipo de los mejores ingenieros y arquitectos de la ciudad. Pero hoy es un elemento definitorio de la metrópoli. Y un espejo donde los habitantes de Chicago se miran. Mientras les mira el mundo.

En París para la inauguración de una exposición de su obra (Pedro Madueño)
El premio Pau Casals es joven, pero ha servido para galardonar a dos catalanes universales: Jordi Savall (2017) y Jaume Plensa, dos artistas de la excelencia que han contribuido a dar a conocer Catalunya en el mundo. Creo que los premios son importantes en buena medida por la entidad de aquellos que los reciben. Savall y Plensa son dos maestros de la belleza y del compromiso cívico –como también lo fue Casals– que con su actitud hacen buenos los versos del mencionado Vicent Andrés Estellés: “Deixaràs de comptar les síl·labes / de fer-te el nus de la corbata: / seràs un poble caminant / entre una amarga polseguera, / vida amunt i nacions amunt / una enaltida condició. / No tot serà, però, silenci. / Car diràs la paraula justa / la diràs en el moment just. / No diràs la teva paraula / amb voluntat d’antologia / car la diràs honestament, / iradament, sense pensar / en ninguna posteritat / com no siga la del teu poble”. En la obra de Jaume Plensa dispersa por el mundo somos capaces de reconocernos y de que nos reconozcan. Y eso es un valor adicional, en ningún caso menor, que hoy también celebramos con la entrega de este galardón tan merecido.

(Este texto fue leído por el director de ‘La Vanguardia’ en el acto de entrega a Jaume Plensa del premio Pau Casals de la Generalitat de Catalunya el pasado 3 de octubre.)

 

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